Hola a tod@s, namaste.
He interrumpido mis vacaciones, que disfrutaré hasta dentro de algunos días, quizá no escriba tanto como debiera, para hablaros de un tema importante:
Ahora que se acerca la navidad, esos tiempos de regalos y consumismo, pero también de recordar el nacimiento de Jesús para aquellos que sean creyentes, hay algo que no se nos suele enseñar y que suele escapársenos:
Más allá del Jesús, tanto del histórico como del divino, está su amor, su energía, algo que todos nosotros podemos alcanzar, aunque es muy complicado:
La energía crística, así como la búdica, que básicamente es lo mismo con otras palabras y visto desde el budismo, lo explicaré más adelante, es como cuando meditamos y observamos lo que ocurre a nuestro alrededor sin juzgar.
Pongo un ejemplo:
En un conflicto armado entre personas, el corazón de la persona que dispone de esta energía o conciencia crística, siente dolor por los que mueren abatidos, pero no juzga, y siente el odio del que los está matando, pero tampoco juzga, siente amor y compasión hacia todo y hacia todos, ya que, durante muchas vidas anteriores ha seguido estos roles, el de amo y esclavo, el de opresor y oprimido.
Es difícil de llevar a cabo, pero quizá puedas sumarlo a la lista de tus propósitos de año nuevo, si los haces.
La energía búdica es el mismo concepto pero implica también una especie de permanente sabiduría mental para dejar que nuestro corazón gobierne nuestra mente.
Ahí os lo dejo, felices fiestas y un abrazo de luz para tod@s, espero escribir pronto. Alba Álvarez