Saludos.
Ya sabes que aquí también a veces reflexiono sobre cosas que veo a mi alrededor o en los medios de comunicación.
Hoy es un día de esos.
Sin afán de meterme en trifulcas políticas o bélicas, simplemente vengo por aquí para ayudarte a tomar conciencia de algo que está ocurriendo y que a lo mejor no sabes:
¿sabías que algunos pecios de la II Guerra Mundial siguen contaminando el planeta hoy en día?.
La razón es que todavía guardan en su interior el fuel que llevaban como combustible.
En muchos casos, este fuel es más tóxico que el actual, ya que los alemanes utilizaban un combustible que contenía carbón.
El acero de los pecios se corrompe, por el óxido y el agua salada.
Dichas placas de acero pierden entre 0,5 y dos milímetros por década.
Parece poco, pero llegará un momento en el que no se pueda intervenir para bucear y extraer el fuel del interior del barco.
Entonces, el fuel puede acabar en el fondo marino y en las playas, bien de forma rápida, una explosión y todo el fuel sale fuera, bien poco a poco.
Los países responsables del conflicto bélico sólo son responsables si hay tesoros, y los estados donde se hallan los pecios adolecen, como siempre, de algo: dinero.
El único país que se lo está tomando en serio es Noruega, quizá porque en las aguas árticas el fuel casi no se descompone debido al frío.
Tenéis más información en el documental titulado «las lágrimas negras del mar».
Nuestro querido hogar, la tierra, nuestra madre, esa que nos nutre incondicionalmente aunque la estemos matando, no deja de hacernos llamadas de auxilio, pero no las escuchamos, ¿hasta cuándo?.
Gracias por leerme.
Un saludo.
Nos vemos pronto.