Hola a tod@s, namaste.
Cuando ayer escribí la entrada sobre la ouija, caí en la cuenta de que me había dejado fuera algunas prácticas que, mal entendidas, pueden suponer un peligro para los adolescentes.
Por ejemplo:
el afán por hacer cosas prohibidas, y el correspondiente subidón de adrenalina que conlleva, podría implicar que los adolescentes se metieran en mundos muy oscuros y que corrieran algunos riesgos innecesarios, tanto físicos como mentales:
Si cerca de tu casa hay algún lugar abandonado y te apasiona el misterio, siempre que vayas con respeto, yo no digo que no lo visites, pero asegúrate de que no hay agujeros en el sue.lo por los que puedas caerte, animales grandes o pequeños que puedan picarte o morderte y tengas que acabar en un hospital, etc.
Vete siempre acompañado, di a alguien dónde vas a estar por si te ocurre algo, lleva linternas y un móvil con batería.
Asegúrate de que lo que vas a hacer no es peligroso, no te metas en mundos que no conoces como la ouija, el satanismo, especialmente mal entendido y en el que se realizan actos bandálicos y sacrificios animales o aún peores, ojo, no estoy diciendo que en todo satanismo eso sea así, pero sí que hay gente que se cree que eso es satanismo y lo hace, rituales afrocubanos mal enfocados, etc.
Cuidado con invocaciones a esp´´iritus ya sea por el lugar en sí, por la sugestión producida, o porque realmente invoques a espíritus, pueden ocurrir fenómenos extraños y puedes llevártelos contigo si no te limpias adecuadamente con romero, o dando tres saltitos, o con algún otro ritual adecuado.
Esto puede ser muy sugerente, pero no es ninguna broma ni ninguna fantasía para hacerte pasar miedo, puede ser real y verdaderamente peligroso.
Otro tanto ocurre con llevarte objetos de algún lugar, las energías impregnan los lugares y los objetos, y podría acarrear igualmente problemas diversos.
Ahí dejo la reflexión.
Un abrazo de luz, Alba Álvarez